El duelo normal
El duelo suele ser la reacción normal y natural a una pérdida de cualquier tipo. El duelo conlleva atravesar un proceso de adaptación ante la o las pérdidas que involucra dolor emocional, y la emoción más frecuente en aparecer es la tristeza.
En un duelo, las creencias y visión de la realidad de una persona se ven desafiadas y afectadas. A nivel emocional, resulta habitual experimentar internamente vivencias de soledad, aislamiento, desamparo o abandono.
El proceso de duelo normal suele tener una duración limitada. Los tiempos del duelo pueden variar de una persona a otra, pero que se estima que la integración y aceptación de la pérdida (por ejemplo: de un ser amado o situación valiosa) ocurran en un plazo razonable.
El duelo complicado o Trastorno de duelo complejo persistente
El duelo complicado ocurre cuando un individuo experimenta un duelo prolongado e incesante. Para una minoría de personas, la muerte de un ser querido precipita el desarrollo de un trastorno de duelo prolongado o duelo complicado.
El trastorno de duelo complejo persistente se ha definido como una condición clínica que abarca reacciones de duelo específicas (incluyendo angustia por separación, dificultades para aceptar la pérdida y seguir adelante sin la persona fallecida) que causan gran angustia y una disminución significativa de las capacidades, al menos 6 meses después de que ocurrida la pérdida.
Los síntomas del Trastorno de Duelo Complejo Persistente son distintos del duelo normal, de la depresión relacionada con el duelo, del trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros trastornos. Si el duelo complicado y sus manifestaciones no se tratan, suelen observarse deterioros significativos en la salud y la calidad de vida de la persona.
Las personas que sufren un duelo complicado no logran aliviar el dolor y la añoranza a diferencia de las personas que experimentan un duelo normal, en el cual, el proceso de integración de la pérdida suele ocurrir de forma natural y sin necesidad de un esfuerzo activo.
En el duelo complicado, las personas suelen adoptar con frecuencia conductas de evitación relacionadas con el duelo, como abstenerse de realizar actividades que disfrutaban junto a la figura de apego perdida o fallecida, debido al temor de intensificar la tristeza y el anhelo por aquella persona. Por períodos breves, esta evitación puede ser útil para afrontar la angustia, pero durante un período prolongado, evitar podría conducir a un alejamiento desadaptativo de la realidad.
Terapia psicológica para el duelo complicado
El formato de terapia psicológica más frecuente para personas con duelo complejo persistente suele ser la terapia individual.
En la actualidad, el empleo de un enfoque integrativo puede ofrecer una amplia gama de herramientas, con validez y basadas en la evidencia, que provienen de la terapia cognitivo-conductual, la terapia cognitiva basada en la atención plena, la terapia dialéctico conductual y la terapia de aceptación y compromiso. También, la integración de recursos de la terapia interpersonal y la psicoterapia centrada en el sentido, suele ser muy beneficiosa para el duelo complicado.
Por otra parte, en una psicoterapia se pueden abordar algunas problemáticas psicológicas que suelen aparecer junto al duelo complicado o trastorno de duelo complejo persistente, como por ejemplo:
- angustia
- ansiedad
- depresión
- pánico
- consumo problemático de sustancias o adicciones
- ideación suicida
- entre otras
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