La depresión es un trastorno del estado de ánimo que produce alteraciones en los pensamientos, en las respuestas emocionales y en las conductas de las personas, que además puede ocasionar un profundo deterioro en diferentes áreas de la vida, llegando incluso a tornarse incapacitante según sea su duración y su intensidad.
La tristeza es una emoción que compone el repertorio de las denominadas emociones básicas. Una emoción es un complejo conjunto de respuestas automáticas y de duración corta que ocurren en el ser humano a nivel mental, corporal, conductual y gestual-expresivo. Las emociones se diferencian principalmente de otros estados afectivos, como el estado de ánimo, porque tienen una duración mucho más breve, pero además, porque surgen ante determinadas situaciones o contextos, se generan por causas específicas y disponen a una acción.
En general, la tristeza es la emoción que predomina en la depresión, pero no es exclusiva en el estado emocional, también suelen manifestarse culpa, ira o enojo, entre otras. A diferencia de las personas no deprimidas, quien atraviesa una depresión suele experimentar tristeza con una intensidad, frecuencia y duración mayor, lo cual dispone a que el estado de ánimo adquiera características depresivas y se instale así por más tiempo.
Resulta sumamente importante realizar un diagnóstico de la dimensión que este trastorno ha tomado en la persona. Esto es necesario para llevar a cabo un tratamiento más efectivo, como también, permite evaluar si es que existen otras patologías o problemáticas que coexisten y, que a la vez, contribuyen a la presencia y persistencia de esta alteración.
Actualmente, uno de los pilares fundamentales del tratamiento de la depresión es la terapia psicológica o psicoterapia pero, dependiendo de la gravedad del trastorno, también suele apelarse a realizar un tratamiento farmacológico en conjunto. El tratamiento psicológico, es considerado como una opción válida para tratar este trastorno, porque posibilita a las personas con depresión recuperarse en un tiempo razonable y sostener un estado saludable de una forma más duradera, mediante la adquisición y el uso de recursos psicológicos y conductuales.
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